
El objetivo de esta terapia es estimular los
mecanismos de autocuración del organismo enfermo, logrando que el mismo llegue
a su propio estado de equilibrio.
Sobre la red nerviosa del Sistema Nervioso
Vegetativo pueden producirse irritaciones que pueden estar causadas por
cicatrices, infecciones, inflamaciones, intervenciones quirúrgicas, estrés
emocional, traumatismos, afecciones odontológicas etc., generando un campo de
interferencia, llamado “campo interferente”, que permanecerá en la memoria de
nuestro cuerpo y en determinado momento puede causar cambios patológicos
desencadenando la enfermedad. La Terapia Neural busca neutralizar estas
irritaciones , y esa neutralización del
campo interferente se logra inyectando en forma de microdosis un anestésico local,
generalmente procaina en bajas concentraciones, específicamente en aquellas
zonas donde el Sistema Nervioso Vegetativo sufrió la lesión. Es así que
eliminando estos bloqueos o irritaciones la Terapia Neural logra activar los
mecanismos de regulación para que el organismo pueda producir sus reacciones de
autocuración.
Podemos pensar que hay un “campo
interferente” por ejemplo cuando luego de una intervención quirúrgica aparecen
dolencias que en apariencia no tienen ninguna relación con esa operación, o cuando
una persona afectada de asma ha sufrido de niño muchas amigdalitis recibiendo
como tratamiento medicamentos supresores, o una depresión que aparece posterior
a una cesárea, y así podríamos completar una larga lista.
De todas formas no toda irritación queda
registrada en el organismo, pues hay cirugías, infecciones o traumatismos que
influyen muy poco en la salud de la persona.
Para que esa irritación permanezca y actúe
deben darse factores por el momento desconocidos que hacen que el cuerpo no
pueda eliminar la información.
Lo que
ocurre en situaciones normales es que una irritación no deja huella permanente,
pero en ocasiones el recuerdo permanece tanto a nivel del hipotálamo como en la interconexión de la corteza
cerebral.
Las bases científicas de la Terapia Neural tienen inicios en las
investigaciones de los rusos Pavlov y Speransky. Médicos y cirujanos
investigadores como Spiess, Head, Wischnewsky, Bikow, Leriche, Schleich y otros
forman las dilatadas bases de la terapia a través del sistema nervioso. Más
tarde, los hermanos médicos alemanes Ferdinand y Walter Huneke, desarrollaron
la investigación y la sistematización propia de la Terapia Neural.
En La
Terapia Neural se aplica también la
llamada Terapia segmental que de acuerdo
al Dr. Huneke se refiere al uso de procaína en el sitio de manifestación del
proceso de la enfermedad. Es decir, si la persona sufre de dolor en el hombro
(independientemente del diagnóstico), se inyectan pequeñas cantidades de
procaína en la piel del hombro, si sufre de problemas respiratorios
(bronquitis, asma, etc.), la procaína se aplica en pápulas en la piel del
tórax. La mejoría que se logra con la terapia segmental puede ser inmediata y
suele aumentar con las sucesivas aplicaciones, hasta que los síntomas suelen desaparecer.
Los correctos hábitos alimentarios son muy importantes acompañando al
tratamiento con Terapia Nueral para
regular el proceso de curación, en ocasiones son imprescindibles.
A través de las sucesivas aplicaciones
de Terapia Neural la mejoría
suele ser cada vez más duradera y los síntomas menos intensos, esto se debe a
que se va actuando sobre un punto del Sistema Nervioso Vegetativo cada vez
menos irritado.
Puede aplicarse en todas las áreas de la medicina, ya que es capaz de
actuar en cualquier tipo de dolencia, aliviando y curando a la mayor parte de
ellas, siempre debe realizarse con el conocimiento
adecuado de todas sus técnicas.
La Terapia Neural no considera enfermedades, sino enfermos con una historia de vida, y desde ese lugar se focaliza en la persona tratándola en su integridad.
La Terapia Neural no considera enfermedades, sino enfermos con una historia de vida, y desde ese lugar se focaliza en la persona tratándola en su integridad.