viernes, 5 de agosto de 2011

MEDICINA TRADICIONAL CHINA


Se trata de una medicina muy antigua, que se remonta al menos a 6000 años, era el método de curación de los antiguos médicos chinos.
Es un método holístico de curación que toma en cuenta al ser humano en su totalidad, mente, cuerpo y conciencia, considera que todos sus aspectos están interrelacionados y son interdependientes, todo lo que afecta a un aspecto afecta al resto, demuestra la íntima relación que existe entre lo físico y lo psíquico.
El concepto de esta medicina es que el cuerpo está recorrido por meridianos por donde circula el chi (energía vital), y sobre esos meridianos se encuentran los puntos de acupuntura, del equilibrio de  la circulación de dicho chi depende el estado de salud, por lo tanto un desbalance energético derivará en enfermedad. El equilibrio del que hablamos normalmente se afecta por las fuerzas opuestas complementarias del yin y el yang.
Cuando el cuerpo está sano el yin y el yang están en balance, pero si estas fuerzas se encuentran en proporción variable, donde una de las dos puede sobresalir y se destaca por sobre la otra, da lugar a una desarmonía o enfermedad.
Todas las variables en las relaciones entre el  yin y el yang son utilizadas en la Medicina Tradicional China para explicar la fisiología y patología del ser humano, como así para guiar el diagnóstico y tratamiento en la práctica clínica.
Algunos ejemplos son los siguientes:
Signos yin :
Persona quieta, introvertida, lenta;  se presenta cansada y débil, le agrada acostarse hecha un ovillo, su voz es baja y carece de fuerza, es friolenta, desea calidez, su orina es copiosa y clara, en mujeres las menstruaciones son escasas y pálidas.
Signos yang:
Persona agitada, inquieta, de tez roja, le gusta estirarse bien al estar acostado, su voz es alta y fuerte, es verborrágico, siente calor, y el mismo le desagrada, su orina es escasa y oscura.
En la Medicina Tradicional China, a la capacidad de resistir a los diversos factores patógenos se la llama zheng qi o factor antipatógeno (inmunidad), a los factores que tienden a romper los equilibrios relativos se los llama xie qi o factores patógenos.
La enfermedad surge cuando en la lucha entre los dos factores, el zheng qi estando débil, no puede resistir al xie qi, de esta forma se pierde el equilibrio entre el yin y el yang en el cuerpo.
Resumiendo todo lo dicho hasta aquí, es importante responder a una pregunta concreta:
¿Qué trata la acupuntura?
La acupuntura goza de la reputación de tratar y aliviar el dolor, reputación que se justifica porque que efectivamente los dolores como cíatica, neuralgias del brazo, del cuello, dolores reumáticos como artritis, artrosis, etc. son mejorados incuestionablemente por esta técnica.
Pero por otra parte, pensar que la acupuntura sólo actúa contra el dolor es limitar esta medicina. Los pacientes que consultan por una atrosis cervical no lo harían por un dolor de angina de pecho o una úlcera de  estómago, sin embargo, en todos estos casos la acupuntura actúa favorablemente.
Si la persona que presenta por ejemplo una  artrosis de rodilla, mejora y recobra ligereza en la marcha, se pude decir que el proceso degenerativo de la artrosis, acompañado de aquello que provoca el dolor se ha detenido, lo mismo sucede en el caso de la úlcera.
Todo esto sucede porque se reequilibra la energía del cuerpo, energía que circula en los meridianos sobre los que se sitúan los puntos. De la misma forma se puede actuar sobre afecciones psíquicas, sobre la angustia, el nerviosismo, la depresión etc.
Por lo tanto debemos considerar el conjunto de la acupuntura y sus teorías, tal y como la han transmitido los antiguos chinos, para comprender la forma en que funciona esta medicina.

Bibliografía consultada: Acupuntura y Psicología (Ives Requena), Medicina Tradicional China (Mario Schuarz)


martes, 3 de mayo de 2011

LOS BENEFICIOS DE LA CLOROFILA

Numerosos estudios sobre la clorofila que se están llevando a cabo desde hace años demuestran que ingerir este pigmento -mediante la alimentación o en forma de suplementos- es fundamental para mantenerse sano pues actúa beneficiosamente sobre distintos sistemas, órganos y tejidos además de aportar la energía vital procedente de la fotosíntesis y ayudar a equilibrar el metabolismo en general.
Por ejemplo, la circunstancia ya mencionada de que las células de la clorofila sean idénticas a las de los glóbulos rojos -con la salvedad de que la molécula de hierro de la sangre humana es de magnesio en el caso de las plantas- convierte a la clorofila en un excelente tónico para la sangre. También se ha demostrado que incrementa la producción de glóbulos rojos por lo que es un buen aliado para evitar y tratar la anemia, estimula la formación de hemoglobina, reduce el colesterol y los triglicéridos, equilibra los niveles de glucosa (algo de gran importancia para los diabéticos), desintoxica, purifica la sangre, favorece el trabajo del corazón (el magnesio que contiene fortalece el músculo cardiaco), mejora la circulación, evita la contracción de los vasos sanguíneos, baja la presión arterial y, en general, contribuye de forma significativa a reducir las riesgos cardiovasculares.
Por lo que respecta al aparato digestivo la clorofila, muy rica en carotenoides, es el único sistema natural existente que a través de la alimentación puede transmitir al ser humano la energía procedente del sol. Una vez en el organismo la clorofila activa las enzimas imprescindibles para una adecuada asimilación de los nutrientes mediante su combustión, proceso que permite convertirlos en energía. Además este pigmento ayuda a la correcta digestión de los alimentos; evita las flatulencias, el mal aliento y la pesadez estomacal -entre otras dolencias- por su gran aporte de enzimas como la lipasa, la amilasa y la proteasa; desodoriza las heces y la orina; ayuda a la proliferación de bacterias colónicas benéficas y estimula el adecuado funcionamiento de los intestinos, el hígado y los riñones además de ayudar a cicatrizar las úlceras.
Y también refuerza las funciones del sistema inmune. Así, por ejemplo, incrementa la producción de células defensivas, es un buen desinfectante que estimula la cicatrización y reconstrucción de tejidos dañados (con lo que previene la aparición de posibles infecciones) y elimina hongos, bacterias y virus dañinos. Además desintoxica el cuerpo de metales pesados y lo protege contra otros elementos nocivos. A este respecto cada vez más expertos coinciden en señalar que las causas ocultas de muchas dolencias, incluido el cáncer, hay que buscarlas en la infinidad de sustancias tóxicas, pesticidas, dioxinas, alquitrán, quimioterápicos, radiaciones, metales pesados (cadmio, mercurio, uranio, plomo), etc., que contaminan el entorno y acaban envenenando nuestro organismo. Pues bien, para evitar la absorción de tan nocivas sustancias, prevenir sus efectos y promover su rápida y efectiva expulsión fuera del cuerpo lo oportuno es tomar alimentos ricos en clorofila. Asimismo se sabe que interviene positivamente en las funciones renales ya que apoya a los riñones para que trabajen adecuada y eficazmente eliminando el exceso de líquidos y toxinas.
En el caso concreto de las mujeres estimula la producción de estrógenos y ayuda a prevenir y aliviar la presencia de coágulos, quistes ováricos, menstruaciones dolorosas, irregulares o demasiado abundantes.
Por si fuera poco todo esto la clorofila ayuda además a la buena oxigenación de las células y es un interesante aliado en el tratamiento de enfermedades e infecciones respiratorias; contribuye a mejorar la absorción de calcio en el organismo y ayuda a su fijación en huesos y dientes, coadyuva a curar infecciones e inflamaciones del oído interno, reduce las varices, elimina infecciones vaginales, fortalece las articulaciones, aumenta el rendimiento muscular y nervioso, equilibra el pH, es eficaz en el tratamiento de la piorrea, refuerza la memoria y, por sus propiedades antioxidantes, resulta muy útil para retrasar el proceso de envejecimiento y mejorar la calidad y apariencia de la piel.
Por otra parte, la clorofila despierta hoy un gran interés científico por su potencial anticarcinógeno y antimutagénico. De hecho, para el doctor Richard C. Heimsch -de la Universidad de Idaho (Estados Unidos)- "el riesgo de padecer cánceres de hígado, colon, estómago y pulmón se puede reducir a la mitad mediante la ingesta diaria apropiada de clorofila". En la misma línea se manifiesta el doctor George S. Bailey -catedrático del Departamento de Toxicología Medioambiental y Molecular de la Universidad del Estado de Oregon (Estados Unidos)- quien recuerda que "a principios de la década de 1980 distintas investigaciones descubrieron que la clorofila y otras sustancias químicas relacionadas pueden inhibir la capacidad de ciertas sustancias para causar mutaciones en bacterias. Entonces se planteó si ese tipo de actividad antimutagénica podría ser importante en la prevención del cáncer pues la mayoría de los cánceres humanos, si no todos, implican mutaciones en uno o más genes que controlan los valores en los cuales las células se dividen, se diferencian o mueren. De acuerdo con el pensamiento actual varias combinaciones de mutaciones que afecten a este delicado equilibrio en el sentido de favorecer el crecimiento celular incontrolado pueden dar lugar al irreversible daño celular que provoque la aparición de un cáncer incipiente en el pulmón, el hígado, la sangre, el hueso, la piel o cualquier otro órgano del cuerpo. En este sentido, al menos teóricamente, es posible que el poder antimutagénico de la clorofila permita inhibir o reducir la formación de cánceres en humanos".